UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

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FACULTAD DE COMUNICACIÓN SOCIAL



HISTORIA DE LA COMUNICACIÓN SOCIAL EN EL ECUADOR

TUTOR DEL PROYECTO: Profesor Marco Villarruel
Contactarse al correo: mavaquito@gmail.com




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Quito-Ecuador 2011

FACSO QUITO

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sábado, 4 de junio de 2011

LA COMUNICACIÓN EN MESOAMÉRICA

Cada cultura tiene su propia forma de comunicación dependiendo del grado de desarrollo en que estos estén, esta forma de conocimiento llevo a que sus señales o símbolos formen parte de la historia universal así como también la similitud que tenían con sus vecinos.
Con la llegada de los españoles al América, en 1492, provocó un derrumbe inevitable para el lenguaje primitivo que se utilizaba entonces. Sus ideas religiosas hicieron creer que solo Dios podría hacer que una persona sea humana. Con esta idea se invadió y implantaron una nueva lengua, la española o castellano, esto hizo que lo que se logró en décadas de costumbres se desarme y se lo olvide aunque en la actualidad aun hay grupos que sostienen sus raíces.

Entre los frailes que trataron de rescatar los códices se encuentran:
Fray Bartolomé de las Casas, Fray Bernardino de Sahagún, Fray Toribio de Benamente Motolinía, Fray Andrés de Olmos, Fray Diego de Landa, Entre otros. Tos ellos llegaron desde la península Ibérica y murieron en las tierras de la nueva España, refiriéndose a lo que actualmente es México.
Aunque su intento fue grande estos códices no fueron totalmente rescatados se los retiene en la manos Europeas y estadounidenses, mientras que todavía se está debatiendo sobre la autenticidad precolombina. Dichos códices fueron adjudicados por Mayas, Mixticos, Aztecas y otros pueblos de Mesoamérica.

Entre sus medios de comunicación se encuentras los “Cantos” que eran costumbres de invocación a sus dioses y rituales que se referían a agradecimiento y penitencia de los pueblos.
Otra forma de comunicación son los llamados “Códices”, la materia que se encarga de esta forma de comunicación se llama “Iconografía”, su significado se enfoca en la naturaleza en la que se desenvuelve la historia de la comunicación, este estudio tiene que ver con los extraños signos en sus manuscritos que implantaron los españoles con intención de dominar a los pueblos.
Sus constancias se pueden apreciar el los dibujos que creaban, alado de ellos tenían su significado correspondiente, entre los dos principales voceros se encuentran:

Ø  Pedro Mártir en su libro publicado en 1516, titulado “De Orbe Novo”.
Ø  Martín Fernández en su libro publicado en 1519, titulad “Suma de Geografía”.  


Uno de los debates más grandes se dio en cuanto se refiere a los mayas, este debate se trata en la afirmación de que los mayas ya tenían un sistema ideográfico pero hay quienes afirman que no era ideográfico sino que era fonético. Thompson sugirió en 1950 que los mayas eran excelentes en lo impráctico pero insuficiente en lo práctico.
Los mejores ejemplos de estos debates se aclaran más en las civilizaciones de los Olmecas, Zapotecas y Mixtecas.

Los ejemplos de iconografías son una expresión natural del hombre entre estos se destacan:

  • Lo pictográfico.
  • Lo ideográfico.
  • Lo fonético. 
La explicación a esto se da en las siguiente división:

OLMECAS

  • Alta cultura
  • Hacia 1500 a.C empezó a florecer la cultura madre mesoamericana.
  • Primeros centros ceremoniales y expresiones de arte, cerámica y cultura.
  • Primeros vestigios de agricultura, jeroglíficos y cómputo calendárico.
  • Testimonio de una temprana invención de escritura.
  • Escritura ideográfica, monumentales retratos de cabezas de jefes. 

ZAPOTECAS

  • Uso de figuras glíficos y otras figuras.
  • Se descubre reyes derrotados.
  • Murales con textos y escenas narrativas.
  • Escasos glíficos en texto.

MAYA

  • Máscara de estuco en fachadas de templo.
  • Abundantes inscripciones en parte ideográfico y en parte fonético.
  • Escritura logo-silábica.
  • Libros escritos en piel o corteza de árbol.
  • Calendario de gran precisión.
  • Apogéo de Yucatán.
  • Elaboración de libros.
MIXE-ZOQUE


  • Sistema de escritura sin influencia de los mayas.

TOLTECA


  • Adoptan lengua de los Náhuatl, posteriormente idioma de los Mexicas.
  • Cultivaron la escritura, escultura y fueron grandes arquitectos ademas de alfareros.
  • Influyeron a los Mayas cuando los dominaron. 

MIXTECA



  • Escritura Ideográfica.
  • Libros de contenido histórico genealógico.
  • Pocos monumentos.

AZTECA O MEXICA

  • Preservaron su testimonio de libros y códices.
  • Arte pictográfico.
  • Pocos monumentos.

REGIÓN DEL ANTIPLANO CENTRAL

  • Escritura pictográfica y en parte ideo-fonética.
  • Vestidura ritual y otras ornamentaciones.
  • Escritura grande y tridimencional.
  • Inscripciones: pinturas y libros.   
EL LENGUAJE DE LAS PIEDRAS: ICONOGRAFÍA  

OLMECAS:

Esta civilización dejó un conjunto innumerable de evidencia glífica en bajo relieves en piedra, escultura y cerámica. Esta civilización transformó si glífica desde el año 1.000 a 200 a. C. en donde pinturas en la pared fue convirtiéndose simplemente en una escritura con la cual ellos se comunicaban.
     
En esta iconografía estos símbolos se convierten ya en codificaciones que se convierten en una protoescritura.
Con esto se confirma que ya existía una manera de escritura en el estado de México prehispánico.

SIGNOS OLMECAS.


Entre los sinos mas conocidos se encuentran los siguientes:

  • La Garra del Felino.
  • Distintos del signo "mancha del jaguar"
  • Versiones de la mandíbula del felino.
  • Varios tipos del signo "ceja" felínica. 
Esta cultura que fue la primera en existir fue denominada como la "cultura madre" en mesoamérica. su Dios era el jaguar. Se desarrollaron y se destacaron en sus producciones artística en barro, piedra y tallado en piedras preciosas, esto fue un ejemplo para las demás regiones de Mesoamérica. En estas esculturas lo que prevalece más son las figuras humanas de corta estatura. Las descomunales cabezas de olmecas son las representaciones de jefes que revelan la capacidad artística y el expresionismo cultivado por esta cultura.

Esta forma de escultura se desarrollo a partir de la producción de cerámica y tratamiento de la arcilla, mientras que su simbología apareció mucho después con el tallado de la piedra, como los relieves grabados en la roca, esculturas humanas y zoomorfas, hachas y máscaras.

IDENTIDAD CULTURAL Y TERRITORIO  EN LA MENTALIDAD PREHISPÁNICA



Cuando los primeros europeos pisaron el suelo de la que en un futuro se convertiría en la República Mexicana poco sabían del presente y del pasado de las complejas culturas que allí hallaron a inicios del siglo XVI. Sus ojos toparon con una realidad asombrosa. Entraron en contacto con sociedades altamente desarrolladas, donde la intensa vida urbana, el floreciente comercio, las complejas relaciones que definían las esferas sociales y políticas y el particular carácter espiritual de sus gentes caracterizaban la cotidianidad de sus vidas (Smith, Masson 2000). No obstante, ante tal asombro, supieron captar la singularidad de cada grupo humano que encontraron. Las propias elites indígenas ayudaron a este hecho, puesto que mostraron un importante interés (desde el primer momento del Contacto) por transmitir una ideología oficial forjada en concepciones marcadamente etnocentristas a los recién llegados. De este modo, en el complejo y traumático escenario que caracterizó el juego de alianzas y lealtades entre europeos e indígenas en la Conquista, las diversas filiaciones étnicas y culturales tuvieron un papel preponderante (Hassig 1989, Gibson 2003: 13-28, 35).
Hacia 1519, un amplio mosaico de grupos culturales ocupaba el espacio que, siglos más tarde, definiríamos bajo el concepto unitario de Mesoamérica.
En aquel tiempo, como indudablemente lo fue en la anterior época  prehispánica, las personas poseían cierto conocimiento de las entidades a las que debían respeto y obediencia, así como adscripción. La familia en la que se había nacido, el grupo social de parentesco o linaje -del cual se obtenían los principales valores y el acceso a los bienes materiales- y el señor -con cuya benevolencia, protección y respeto se podían cultivar las tierras que daban sustento a la comunidad- eran importantes “personas morales” que articulaban el complejo tejido social en las culturas prehispánicas (, Ávila 2004: 289-292, Tous, Moragas 2004: 121).
En consecuencia, el carácter clientelar que definía las relaciones sociales limitaba cualquier tipo de vinculación entre las personas y las fronteras político-territoriales (Gillespie 2000: 476, Ouweneel y Hoekstra 2003: 5-9). Las sociedades mesoamericanas concebían el territorio como un escenario psicológico y no como un espacio físico. La “casa” (calpulli, en la fuentes nahuas, o chinamit en las fuentes mayas), el señorío (tlahtocáyotl) y el Estado (huey tlahtocáyotl), más allá de su simple ubicación geográfica, representaban categorías mentales muy flexibles. Por lo tanto, la territorialidad era entendida bajo un punto de vista muy diferente al occidental. Podemos decir que, bajo estas premisas, se desarrolló la identidad de cada grupo cultural en el mundo prehispánico.
Estas características diagnósticas que hemos definido para las relaciones de identidad en las sociedades asentadas en México y Centroamérica, unidas a los diferentes movimientos poblacionales que hallamos en su historia y al establecimiento de unas profundas redes de intercambio a larga distancia desde muy antiguo, forjaron una serie de rasgos comunes a todas sus culturas. Este fue el motor por el que, a lo largo de 3.000 años, se desarrolló un territorio cultural en el área geográfica que el pensamiento occidental definiría como Mesoamérica.

MESOAMÉRICA: ÁREAS CULTURALES Y PERIODIZACIÓN CRONOLÓGICA

Como hemos argumentado hasta el momento, Mesoamérica englobó muy diversas culturas que se desarrollaron en espacios físicos muy distintos, así como en una vasta franja cronológica que abarcó cerca de 3.000 años de historia.  Tal diversidad se ha sistematizado en función de los criterios del espacio y la temporalidad.
En consecuencia, podemos dividir la historia prehispánica de Mesoamérica en seis sub-áreas culturales y en tres grandes periodos.
Con referencia a las diferentes áreas culturales, éstas se han venido definiendo en función de las características geomorfológicas, étnicas y lingüísticas, así como materiales, que las identificaron en la antigüedad mesoamericana. Estas sub-áreas culturales son:

  • Centro de México. Se trata de una extensa región de altiplano situada a una altura promedio de 2.300 m. Se halla integrada por diferentes valles o mesetas de clima templado, subárido y árido. De entre  ellos, el Valle o Cuenca de México, el Valle de Toluca, el Valle de Tula, el Valle de Morelos y el Valle de Puebla-Tlaxcala tuvieron los desarrollos socioculturales más importantes. La existencia de cinco lagos navegables y de una agricultura intensiva asociada a éstos propició que el Valle de México fuese un área neurálgica en el pasado prehispánico del México Central. Fue el solar donde se desarrollaron las culturas teotihuacana, tolteca o mexica-tenochca.

          En la actualidad, el Centro de México se halla ocupado por los modernos estados mexicanos de Distrito                                           Federal, México, Morelos, Hidalgo, Puebla y Tlaxcala.



          

  • Valles de Oaxaca. Ocupan la región central del moderno estado mexicano de Oaxaca. Es una extensa área que muestra una gran variabilidad medioambiental formada por zonas de clima subárido, valles templados, cuencas subtropicales y una franja costera tropical paralela al Océano Pacífico. Ante tal diversidad ecológica, el hombre prehispánico se adaptó de muy diversas formas, creando el gran mosaico de grupos etnolingüísticos que aún hoy hallamos en esta región de México. Durante la época prehispánica, las culturas zapoteca y mixteca fueron las más sobresalientes en Oaxaca.


  • Costa del Golfo. Región integrada por los actuales estados mexicanos de Tamaulipas, Veracruz y Tabasco. La cumbre nevada del Pico de Orizaba y los valles templados y calurosos que fluyen hasta los límites de los bosques tropicales que circundan las costas del Golfo de México asistieron al desarrollo de diferentes sociedades durante la época prehispánica. De entre ellas, las culturas olmeca, de Remojadas, de El Tajín y totonaca fueron las principales.


  • Área Maya. Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador, así como los estados mexicanos de Campeche, Yucatán y Quintana Roo asistieron al florecimiento de una de las culturas más asombrosas y complejas de la América prehispánica: los mayas. Las antiguas sociedades mayas ocuparon una gran variedad de espacios físicos. De este modo, vivieron tanto en la calurosa costa del Océano Pacífico y en los valles templados del altiplano de Guatemala como en las tierras bajas tropicales del Petén y del río Usumacinta y las áridas sabanas de la península del Yucatán. Esplendidas ciudades como Tikal, Copán, Palenque o Chichén Itzá ejemplifican a la perfección el estilo de vida de la cultura maya prehispánica.


  • Occidente de México. El este de la República Mexicana (Guerrero, Michoacán, Sinaloa, Nayarit) se caracterizó en tiempos prehispánicos por una amalgama de sociedades que alcanzaron diferentes grados de desarrollo y que, de manera común, reconocemos con el nombre de culturas del Occidente de México. Zona rica en metales y ciertas piedras preciosas de tonalidad verde (serpentina y nefrita), fue altamente codiciada por la mayoría de las sociedades mesoamericanas. Culturas como la de Mezcala o la tarasca figuran como las más sobresalientes de las que se desarrollaron en el Occidente de México.


  •  Baja América Central. La estrecha banda geográfica que bordea la costa del Pacífico desde El Salvador hasta el Golfo de Guanacaste en Costa Rica actuó como frontera meridional de la Mesoamérica prehispánica. Se trató de una zona altamente poblada por sociedades de diferente signo cultural que recibieron bienes, ideas y personas procedentes de regiones tan lejanas como el Centro de México. El oro, el algodón, así como otros tipos de productos tropicales, fueron el principal reclamo de estas tierras para el mundo mesoamericano.


Por otra parte, las seis sub-áreas culturales de Mesoamérica contemplaron la sucesión de diferentes sociedades complejas que se desarrollaron de manera ininterrumpida desde el 1500 aC. hasta el año 1519 dC.

Los diferentes periodos cronológicos en los que podemos segmentar la historia prehispánica de Mesoamérica son:

  • Formativo, u Horizonte Preclásico (1500 aC. – 100 dC.)


El paso de una vida centrada en la aldea hacia la condensación de la población en centros ceremoniales es el rasgo diagnóstico que define las sociedades del Formativo en Mesoamérica. Tal fenómeno se relaciona con ciertos procesos de especialización económica y con el fortalecimiento de unas elites que cimientan su autoridad y poder en el control de las relaciones sociales mediante el parentesco, los sistemas de producción y distribución de bienes y un carisma personal fraguado en la ideología y la fuerza armada (PIÑA CHÁN 1978, EARLE 1997). Posiblemente la cultura más representativa del Horizonte Formativo en Mesoamérica sea la olmeca (1200 - 500 aC.). Localizada en las selvas tropicales de los actuales estados de Veracruz y Tabasco, la cultura olmeca excelió en la planificación de centros ceremoniales como San Lorenzo o La Venta y en la elaboración de una notable escultura de medianas y grandes dimensiones (CYPHERS  1995).

Los olmecas se relacionaron profusamente con el resto de sociedades mesoamericanas de la época, difundiendo el característico estilo de sus representaciones artísticas. Su presencia se dejó notar en las culturas del México Central, Guerrero, Oaxaca o el área maya (OCHOA 1989: 63). Durante los siglos previos al inicio de la era cristiana, los olmecas desaparecieron. Su legado cultural perduró en muchas de las culturas mesoamericanas de finales del Horizonte Preclásico, tales como Cuicuilco (Valle de México), Monte Albán (Oaxaca) y El Mirador e Izapa (Guatemala).





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